sábado, 21 de julio de 2007

Resultó que el mozo había estado hasta las tres de la mañana en la cola del teatro, y la entrada para Chiquititas le vino como anillo al dedo, porque estaban agotadas y su hijita no lo dejaba en paz con el tema. Te perdona la vida, y quedás como un duque, porque encima te sonríe y te palmea el hombro. Ella te mira con admiración. Percibís en sus ojos el enamoramiento, y le das gracias a Cupido por haberla puesto en la tierra a ella, y a Cris Morena y sus Chiquititas.

Cuando salen de la confitería, te ofrecés a acompañarla a tomar un taxi para ir a la oficina. Ella te comenta que, ya que no fue a trabajar, lo más seguro es que se vaya a su casa, y de paso descansa un poco, como si fuera fin de semana largo. Te pregunta si vas al trabajo o a tu casa, y, pensándolo bien, tampoco vas a ir a trabajar. En eso, se te ocurre que pasar el día con ella no es mala idea. Entonces te acordás de que no tenés plata ni para el colectivo. Le proponés....

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